(CAPÍTULO 5, 2ª PARTE) LOS HIJOS DE LA LIBERACIÓN

 LOS HIJOS DE LA LIBERACIÓN. AÑO 2045






El día comenzaba a asomar. Levar se levantó con un montón de interrogantes. Se le antojó preguntarse cuántos soles había en es Universo Alfa.
Acordó consigo misma que debía preguntárselo al primero que viera por la mañana.
Salió de la casa y dio una vuelta por la plaza. Aireó sus pensamientos y volvió a la casa. En la puerta le esperaba Blod. El perro del Oeste dormía poquísimo así que, cuando Levar salió, él ya había advertido sus movimientos.
Antes de llegar a la casa Levar miró el cielo y vio unas bolas verdes y extrañas flotando en el aire. También preguntaría sobre eso.

-Hola, pequeña. ¿Has descansado?
-Sí, me siento bien. Tenía una pregunta para ti o varias. No sé.
-Dime, contestaré a todo lo que pueda.
-¿Cuántos soles hay en este universo? ¿Solo los hijos de Acuario tienen sol como la tierra?
-Todas las dimensiones tienen su propio sol. Menos alguna espiral en la que tienen sol a penas unas horas y luego se quedan en penumbra todo el día, aunque se sirven de luz artificial.
-¿Y eso es posible?
-Imagínate si es posible. El faraón negocia con la tierra en ocasiones. El resto de espirales tememos que encuentre la manera fácil de viajar a la tierra, ya que hasta el momento solo se sirve de mensajeros. El día que el faraón pueda crear campamentos sin luz solar destrozará el equilibrio y se crearán grupos donde unos querrán la vida solar natural y otros lucharán por una vida artificial. Si se creara la energía suficiente para poder hacer viajes en el tiempo sin los Keburis o los Ággelos#, se lograría la inmortalidad, que para el caso es lo que el faraón siempre deseó. Ahora, dependiendo de su energía vital y sus vivencias, cualquier terrestre que acaba su ciclo vital en la tierra viene a nuestro universo y tiene que afrontar la encrucijada que le toque. Realmente no hay una muerte que se equipare a la nada. Vosotros creéis en la muerte terrenal pero el Universo guarda otros secretos para vosotros. Hay quien va incluso a otros Universos distintos al tuyo y al mío, pero nosotros en el fondo somos un espejo de vosotros y no hemos adquirido la habilidad de ir mas allá pues ambos Universos son ya demasiado complejos. Al menos los mas humildes como yo, porque de hecho algunas reinas guardan muchos secretos. Esto siempre fue ley de vida y así lo será, a menos que el faraón rompa el equilibrio. Ahora todas las espirales quieren luchar porque el faraón cada día es más ambicioso y quiere ver a las espirales sometidas hasta el punto de dominar a las personas que tienen mas poder energético y sabiduría. Eso le permitirá conseguir sus objetivos.
Hizo una pausa y siguió relatando:
-Hay quien dice que destruirá la tierra y creará otro Babilón más fuerte si cabe.

-Pero no entiendo Blod -Levar cogió aire para hablar-, si yo he podido llegar a esta espiral, no es tan difícil. Lo que quiero decir es que no entiendo por qué no han invadido nuestra espiral, bueno, me refiero a la tierra…

-Primero, porque tu eres especial, Levar. Y segundo, todavía hay gente que tiene una existencia normal y que al morir ,como vosotros lo llamáis, cambiará de dimensión. Quizá vuelvan a la vida por el peripato de encrucijada, o quizá lo hagan naciendo otra vez como niños. Incluso pueden llegar a convertirse en P o quizá vaguen por alguna dimensión hasta encontrar su lugar. Quien sabe. Pero lo que está claro es que quien domine la forma de viajar entre espirales podría hacerlo en contra de ambos Universos y podríamos perecer o nos convertirnos en auténticos haggeds. Entonces, no tendríamos capacidad de elección…


-¡¡Hola, amigos!! -Jacky saltó hasta donde ellos dos estaban-. ¿De qué hablabais todo este rato? -dijo, pegando un brinco de la escalera que conducía a las habitaciones hasta el hall.
-Nada, solo me estaba informando de algunas cosillas -comentó Levar de un modo amable mientras miraba a Blod.
-Pues ahora a comer. Tienes que coger energías, que pronto habrá que gastarlas.
-Creo que llevaré antes comida al desahuciado. Lleva mucho rato sin comer -explicó.
-¿Puedo sacarlo de allí, Jacky? – consultó. No quería dar pasos en falso.
-Siempre que no lo pierdas de vista. De lo contrario, podría avisar a otros desahuciados con su energía.


Al cabo del rato todos estaban despiertos y desayunando. Levar había terminado hace rato y pidió a Jacky que la acompañara al farm.



-¿Desahuciado? -gritó al abrir la puerta del vehiculo-. Ey, ¿estás ahí?
-Hola hija Acuario, yo ten sed.
-Ohhhh, perdona. Has estado mucho rato aquí. ¡Sal, anda! Vamos a la fuente de la plaza.
Salieron a un paso lento. El desahuciado no conocía el lugar y andaba algo atemorizado.
Se sentaron junto a la fuente y Levar trató de ayudarle ya que no llegaba bien al chorro de agua.
-Ven, te auparé. ¡Uf como pesas! -dijo mientras le levantaba.
Bebió un rato y al bajarlo Jacky se acerco al oído de Levar.
-Levar, ten cuidado, estos bichos son peligrosos en realidad.
-No creo que más que mis pastillas. Además ayudarle me ayuda.
Tania se acercaba desde la casa y  observó con recelo la escena apostillando:
-Estas cosas te chupan la energía positiva. Son como sabandijas.
-Yo en ocasiones tengo tanta… y en otras nada…
-Creo que deberías tener claro si tienes poca, no vaya a ser que la poca que tengas te la chupen cosas como esta -dijo despectivamente de nuevo.


-¿Como te llamas, pequeño? -preguntó levar al desahuciado.
-Jo -dijo.
-¿Jo con g?
-No, yo no. Jo -volvió a repetir el desahuciado.
-Jo con Tso.
-Sí, sí, con Tso.
-¿Qué edad tienes? -Quiso saber.
-Ochenta y cuatro.
-¿Ochenta y cuatro? -exclamó Levar.
-Este bicharrejo esta desahuciado del todo je, je, je  -dijo Tania a carcajadas.
-No te rías, Tania. En ocasiones alguien no ha sido nunca amable porque no le enseñaron a serlo y Tso ,al fin y al cabo, lo es.


La gente del poblado comenzaba a despertarse. Algunos espolsaban telas en las puertas de entrada de sus casas. Otros se desperezaban en sus hogares a rienda suelta. Ayer había sido un largo día de celebración y los humores andaban algo agotados y parsimoniosos.


-Creo que no vamos a tardar en partir -insinuó Jacky.
-Antes tenemos que ver al chamán. Hay que saber qué bolas nos llevaran a los leones de Sión -planteó Tania.
-Tienes razón -contestó él-. Pero para eso tenemos a la reina Etram. Quizá sea más importante que Levar vea al chamán.
Otros hijos de Acuario aparecieron y enseguida participaron en la conversación.
-Quizá haya que coger otras bolas distintas -intercaló uno de ellos.
-¿Por qué dices eso? -quiso saber Jacky.
-Presiento que la muchacha no va a tener que hablar solo con la reina Omega.
-Pero tendrá que hablar al fin y al cabo con el chamán, digo yo -dijo algo aturdido el Keburi.


Tania estaba acicalando a Blod y quitándole hierbajos y espinas del pelo. Levar andaba ensimismada con el desahuciado y el resto debatían la posibilidad de no viajar todos en una sola bola flotante.
Llegó la hora de comer y una mujer alta con una túnica marrón y unos ojos redondos y verdes se acercó a ellos.
-Venid, acompañadme. Podréis comer en la nave grande. Sobró mucha comida de ayer. Más tarde la chamán Astin os recibirá en su base.
Todos callaron y obedecieron.
Cuando se disponían a andar, la misma mujer que les invitó paró a Levar con un brazo en alto.
-Lo siento, él no puede venir.
-¿Por qué? -preguntó ella mirando a Tso.
-Podría desequilibrar cualquier encrucijada energética.
-Yo me haré responsable en cualquier caso.
-Bien, si es así deberías de todos modos planteárselo al chamán.

Comieron en la nave alegremente. Sobre todo Jacky, que no había desayunado lo suficiente. Un hombre negro se acercó al grupo con una limonada que decía ser especial. Los hijos de Acuario, incluida Tania, aceptaron un vaso sin ninguna duda. Blod se negó. En su condición de perro le era suficiente con comer algo de carne al día y agua. Y Jacky prefirió tomar un zumo de naranja. En realidad, le encantaban todos los alimentos y bebidas pero sobre todo los cítricos. Se infló a pan y a esas hamburguesas de verdura que tan bien sabían preparar los hijos de la Liberación.
Levar probó un poco de aquí y de allá. Su estomago estaba apunto de estallar. Éste no sería un buen momento para visitar al chamán, pero en algún momento había que hacerlo.
Reposaron una hora. Lo suficiente para digerir la comida. Todos estaban llenos de alimentos, bebida y vida. Aunque una vida algo cargante.
Se sentaron en las aceras de la calle, a ser posible las más próximas y cómodas.
Pasaron hijos de la Liberación por delante.
Para ellos Levar y compañía les llamaban su atención por su energía. Pero no sería mentir si se dijera que uno de los hijos de la Liberación que pasaba llamaba mas la atención que cualquiera de ellos por su agresividad. Tenía el pelo rapado y varias rastas en la parte de atrás que le llegaban por debajo de la cintura. Sus uñas y ojos estaban pintados de negro y tenía ambas orejas agujereadas con pendientes por doquier. Vestía con una camiseta sencilla de color marrón tierra y un pantalón sujetado con tirantes negros. Sus botas aplastaban cualquier indicio de inseguridad a cada paso. En la cara tenía el conocido tatuaje de los hijos de la Liberación dividiendo en su caso una nariz prominente y puntiaguda. Aunque su imagen era pintoresca, su mirada desafiante y nutrida de rabia era la protagonista de su envoltura.

Cuando pasó por el lado de Levar mostró un gesto de extrañeza en su cara y luego simplemente de asombro. En realidad estaba fijándose exclusivamente en el desahuciado que permanecía al lado de ella.
Se acercó un poco más y le dijo tocándole la nariz en varias ocasiones seguidas:
-¡Tú que haces aquí, inmunda rata! -entonces retumbaron todas las plantas de la acera.
Levar quitó inmediatamente el dedo de la nariz de Tso y le dijo con rabia:
-Está conmigo así que… ¿por qué no te metes conmigo? -dijo enseñándole los dientes.
Mostró una rabia desconocida para los allí presentes. Su rostro había cambiado por completo. Jacky temía que sucediera algo, así que intervino:
-¡Chicos, chicos! Él está aquí por algo -dijo tratando de poner un tono divertido.
El hijo de la Liberación retó al Keburi con su mirada y le dio un empujón.
-Tú sí que eres un puto desahuciado -gritó Levar sin apenas mover un pelo de su cabellera.  Entonces sus ojos se encendieron a la vez que cerró sus puños.
Toda la ira que había en su alma asombró al grupo entero, incluso al propio hijo de la Liberación.

-¿Por qué tienes a ese apestoso desahuciado? -dijo el hombre esta vez algo más calmado y alejándose del grupo. A continuación miró a el grupo y luego a Levar.
-Él me protege -atestiguó-. Hace que me controle cuando un bestia como tú arremete contra mi.

Inteligentemente hizo que el hombre no diera crédito. Tso no se había movido ni un palmo. Ni si quiera pestañeaba.
Pese a lo extraño de la situación, Levar deseo abrazar al desahuciado. Su propia energía vital se había desbordado.
El hijo de la Liberación enseñó de nuevo los dientes y añadió:
-No me olvidaré de ti, pequeña cosa de mujer, reconocería tus ojos hasta en la misma espiral del horrible Faraón.
-Bien pues, si es así allí te esperaré.
-Nos encontraremos allí, no lo dudes.
Dejó de mantener su tez seria y terminó diciendo:
-Ja, ja, ja, una chica rebelde, como las que a mi me gustan, ja, ja, ja,
Y se marchó por el mismo lugar de donde vino.



Después del incidente tendrían que prepararse para visitar por fin al chamán.
Levar pidió que le dejaran ir al aseo a refrescarse la cara y el pero. Aún sentía ciertos cosquilleos en su cuerpo después de lo sucedido.
Ella estaba en lo cierto. Tso había frenado a Levar absorbiendo su energía y sin querer le había protegido. El desahuciado se había puesto nervioso y esa conducta provocó que se alimentara de ella.
Era un pobre personaje que había caído en un mundo donde no se le entendía y del cual no podía salir. Ella le estaba dando una oportunidad. Ahora se sentía importante, incluso poderoso.
Lo que siempre había echo de él un ser despreciable, ahora estaba resultando ser útil para alguien.


Se dispusieron a encarar la visita al chamán. Todos desfilaban sin ninguna demora hacia la base.
Al entrar, Levar se dio cuenta en seguida de que aquel lugar no tenía ninguna similitud con la base de los hijos de Acuario.
Todo era color y luz y en el centro una gran mesa de madera de roble.
Alrededor, cerca de las paredes, había otras tantas mesas. No eran tan grandes como la central pero tenían un color claro mas delicado. 
Algunas mujeres preparaban brebajes en las mesas pequeñas. Otras organizaban otras mesas ordenando y haciendo tareas de limpieza.
En el fondo había una mujer sentada de espaldas tecleando en un ordenador.

-Hola Astin  -dijo una chica con el pelo color cereza-.Ya están aquí los visitantes.
La mujer giró la cabeza y al verlos subió las gafas que le habían caído a mitad de nariz.
Sus rasgos eran algo duros. Tenía las líneas de expresión marcadas en ojos, frente y boca. Su pelo era negro y desmelenado, recogido con alguna que otra orquilla. En su oreja izquierda tenía una gran dilatación en forma de cuerno, la cual conjuntaba con otra más pequeña en su ceja. Iba vestida con una camisa con vetas verdes y marrones arriba, y abajo llevaba unas mallas ceñidas negras con lunares de color blanco y rojo.
Sus manos eran largas, así como sus brazos y piernas, y en su mirada escondía secretos inconfesables.
Se levantó y se hizo manifiesta una cojera en una de sus piernas.


-Hola Astin -se atrevió a hablar Tania-. Sinceramente, me ha sorprendido. Creíamos que eras un hombre.
-Ja, ja, ja -rió a carcajadas-. No me extraña nada. Hay tanto macho deseando saber lo que solo algunas mujeres sabemos…
-Estamos aquí para exponerte nuevas noticias. Necesitamos tu ayuda -dijo Blod.
-Algo me contó el chamán Mol -murmuró y luego se acercó a la mesa principal.
-Por favor, venid todos aquí. Laura está preparando una pócima para equilibrar la energía en su forma ideal -dijo y siguió riendo con sus ojos.
Todos se sentaron y fue entonces cuando la mujer empezó a repartir la pócima a sus invitados con un cazo de madera.
-No sé sí deberías probarla -le dijo Blod a Levar.
-Si me sienta bien lo sabré cuando lo pruebe, ¿no crees?

Hubo una pausa y los visitantes se miraron expectantes.
-Bien, un perro del oeste, un Keburi, un desahuciado…, unos cuantos hijos de Acuario y tú… -balbuceó-. Tú… ¿tú quién eres, preciosa?
-Me llamo Levar y soy una chica perdida.
-Sé quién eres -se sinceró Astin-. Sé perfectamente cómo eres. En tus ojos veo los ojos rebeldes de Tera. Hace tiempo que nos dejó para ayudar en la dimensión de los Keburis.
Entonces se giró y rebuscó entre sus cosas. Luego disimulando volvió a hablar.
-Y, ahora dime, ¿por qué quieres participar en la guerra contra los π? -preguntó con serenidad.
-No sabría muy bien que contestarle -musitó casi tragándose algunas palabras-. Quiero encontrar a mi hermana Sol.

Todos dejaron caer alguna exclamación. Aquel motivo era nuevo y nadie lo conocía, y sobre todo, nadie había imaginado que a Levar se le iluminaría tanto la cara por ningún motivo.
Mientras todos yacían boquiabiertos Astin contestaba a Levar.
-Tienes una sonrisa impresionante. Creo que deberías darle más uso. ¿No te das cuenta de que es una de tus armas?
-¿Arma contra quién? -contestó algo inquieta la muchacha.
-Contra quien quiera robar precisamente tu alegría…

Tania intentó participar:
-Todo eso de las sonrisas está muy bien, pero no queremos hacer terapia de grupo. Somos un grupo llamado para luchar en la guerra contra Babilón. Y necesitamos saber si alguna de estas bolas flotantes nos podría llevar a la reina Omega.
-Claro, creo que sí, pero no se si todos pasaríais por el farm -confesó Astin-. Ahora mismo están saliendo algunos hijos de la Liberación sin vehiculo ni armas. Aquí en el poblado están entusiasmados, pero no son conscientes del conflicto que puede crearse. Los chamanes se están poniendo en desacuerdo con la mayoría de las alianzas. Así que tenemos que advertir a las reinas de nuestra situación, de lo contrario recibirán a luchadores que entraran en conflicto entre ellos mismos.

Hubo un silencio. Tania, Jacky y Blod se miraron al unísono.
Sin embargo, Levar necesitaba saber. En su cara había una expresión que aguardaba respuestas.

-¿Dónde desapareció tú hermana, Levar? -preguntó Astin casi intuyendo la pregunta que la chica terrestre esperaba.
-Solo sé que desapareció en la tierra.
-Quizá esta viva en algún lugar de tu mundo -dijo Astin levantando el dedo índice y moviéndolo en círculos.
-Quizá lo este en algún lugar del tuyo…- contestó irónica aunque algo resignada y moviendo el dedo en círculos esta vez señalizando a Levar.
-De todos modos, tú no estás aquí porque busques a tu hermana. Quizá tengas que asumir otro papel que no esperabas. La cuestión es que todos nos hacemos preguntas y las tuyas has de resolverlas tú sola. No dejes que sea de otro modo.
-¿Y si mi pregunta lo único que plantea es saber dónde estoy…?
-Entonces, has de saber que este universo está repleto de interrogantes -contestó con serenidad.
La chica terrestre miró a Tania. Todos estaban algo expectantes.
-¿Qué estas pensando, chica terrestre? -le preguntó la chamán Astin mientras observaba la mirada perdida de Levar.
-Realmente lo único que podría desear es encajar en algún lugar, sentirme a gusto, como en casa… Pero eso es imposible -dijo agachando la cabeza.
-Vuelves a hablar con la cabeza y olvidas el corazón. Debes olvidar quién fuiste y lo que sentías. Este mundo es peligroso. No debes dudar porque la duda te volverá indefensa.  En esencia nos acompañan nuestros pasos del pasado, pero ellos no son los que nos hacen seguir sin la búsqueda de algo que proyectamos en el futuro.
La mujer subió sus gafas y miró llena de ternura a la muchacha. Entonces Tania intervino.

-¿Cuándo podremos salir?
-El momento ideal es el amanecer -planteó Astin-. Tendréis que elegir a seis de los vuestros. Irán con vosotros otros seis hijos de la Liberación más. Así que elegid bien. - Hizo un movimiento extraño hacia la derecha y comenzó a cojear mientras ojeaba una de las mesas de trabajo.
-Tengo algo para vosotros que será útil.
Se acercó a una de las estanterías que acompañaban las mesas y trajo consigo un botecito.

-Esto es para Levar. Tienes que defenderlo con tu propia vida y cuando sientas desfallecer, úsalo.

-Bien -dijo en tono de despedida-. Ahora tenéis que comer y descansar. Mañana al amanecer un Keburi os acompañará a la bola flotante.





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 Felices noxes y luminosos días.


Isthar Enlanoxe.